Hoy es un lunes más, un comienzo de semana en la Academia de Artes Marciales Bogard, creada por Jeff y Cynthia Bogard, la cual falleció después de que naciese Andy, el pequeño de los Bogard. Tanto Andy como Terry, junto a su amigo Joe Higashi, entre otros chicos y chicas, comienzan los ejercicios, supervisados por Jeff.
—Esas piernas, Andy, muévelas mas deprisa.
Uno a uno, Jeff Bogard va supervisando a los chicos y chicas de la academia, una de las mejores que hay en South Town, una ciudad en la cual, parece que hay una sombra de corrupción que va manchando la ciudad, y casi siempre que se habla de algo malo o turbio, aparece el nombre de un viejo amigo y conocido de la familia Bogard: Geese Howard. Antiguo alumno junto a su padre, del maestro de artes marciales del cual Jeff aprendió lo que sabía y transmitió a sus hijos, Geese decidió usar sus conocimientos de artes marciales para hacerse un hombre en el hampa de la ciudad, o al menos, eso era lo que Jeff había oído hasta ahora.
Conforme van pasando las horas, los chicos y chicas van yéndose a sus casas recogidos por sus padres, los cuales ven llegar un coche de importación, un Mercedes, de color negro, aparcando en una de las escasas zonas libres que quedan del aparcamiento. Una vez se para el motor del coche, cuatro figuras salen del vehículo, totalmente trajeadas de negro, llevando una de ellas un pañuelo con la bandera de Inglaterra en la cabeza y un bastón de color rojizo en su mano derecha. Salvo una de ellas, las demás personas llevan gafas de sol.
Las cuatro personas entran en la Academia cuando solo quedan entrenando los pequeños Andy, Terry, y Joe Higashi, el amigo que Andy y Terry tienen desde pequeños, y una vez que Jeff reconoce a la persona sin gafas de sol, advierte:
—Chicos, id a mi despacho, ahora.
—¿Se acabó el entrenamiento?
—Sí. Id a mi despacho, ahora. Prestad atención a los monitores mientras estéis allí, ¿Entendido?
—Claro.
Después de escuchar a su padre, Terry se lleva a Andy y a Joe al despacho, que estaba algo apartado de la zona de entrenamiento. Una vez dentro, Terry, Joe y Andy pueden ver y oír, gracias al ordenador que su padre tiene para revisar las grabaciones de las cámaras de seguridad, aparte de las gestiones de la Academia, lo que habla su padre con esos hombres:
—Sabes que te he respetado siempre, Jeff, incluso cuando decidiste abrir esta Academia, un gesto muy loable por tu parte.
—Déjate de rodeos, Geese. ¿A qué cojones has venido aquí con tus matones?
Geese sonríe y dice:
—Se que has ayudado a los García. Los García eran cosa mía, tenía un plan, pero llegaste tú y lo estropeaste todo.
—¿Ibas a matarlos, Geese? ¿Era eso? Ahora están vivos y a salvo.
—Los García eran un estorbo y ahora mi problema eres tú, viejo amigo. No voy a tolerar mas intromisiones por tu parte, he venido a ponerle fin.
—Y quién va a pararme: tú, o tus matones.
Dando una palmada, Geese hace que el matón con el pañuelo en la cabeza y bastón rojizo comience a atacar a Jeff, para asombro de Andy, Terry y Joe, que encuentra sobre la mesa un pendrive, el cual enchufa al ordenador.
—Joe, ¿Se puede saber que haces?
—¡Tú que crees, Terry! ¡Quiero guardar esto, va a ser épico!
Jeff se defiende de los ataques del bastón llegando incluso a quitárselo de las manos al matón, alejándolo de él. Otro de los matones ataca al padre de Andy y Terry con técnicas de Karate y Kung Fu, logrando entretenerlo mientras el mantón del pañuelo recupera su bastón, pero dándose cuenta de la maniobra, Jeff envía de una patada al matón, chocándose contra el del bastón, cayendo los dos al suelo. El matón restante decide lanzarse con nudillos de acero en ambas manos, buscando golpear a su adversario, pero varios golpes conectados en el estómago y varias patadas en el pecho le hacen caer al suelo. Los otros dos matones buscan lanzarse de nuevo contra Jeff, pero Geese les detiene tras sacarse de la chaqueta una pistola.
—Veo que no has perdido facultades, viejo amigo, pero ya contaba con que no iba a ser fácil. Adios, Jeff, manda saludos a Cynthia de mi parte cuando la veas en el Infierno.
Geese Howard dispara todo el cargador de su 9mm sobre el cuerpo de Jeff Bogard, para después, colocar su pistola en la mano derecha del cadáver, evitando manchar sus manos o pies de la sangre que brota del cuerpo del padre de Terry y Andy. Joe, por su parte, va descargando en el pendrive imágenes y videos del momento donde Geese y sus matones atacan a Jeff y es disparado, metiéndolo todo en el pendrive.
—Maldito cerdo... ha matado a nuestro padre, merece morir.
—Terry, ahora mismo debemos escapar. Puede que vayan a por nosotros.
—¿Y le vamos a dejar escapar, hermano? ¡Le han matado y lo hemos visto! ¡Podemos con esos tipos!
—Hermano, ¿Estás loco? ¡Míranos, somos críos y ellos pelean bien, mucho mejor que nosotros! Joe, ¿Lo tienes todo?
—Estoy en ello, chicos, buscad una salida, tarde o temprano vendrán a por nosotros.
Mientras, los matones de Geese están destrozando la zona de entrenamiento de la Academia, llegando a prender fuego en determinadas partes de la zona. Howard mira las cámaras de vigilancia y hace un gesto a su matón de pañuelo en la cabeza y bastón al respecto, diciéndole:
—Vé al despacho y quémalo todo. Mata a los críos si es necesario.
Con un gesto afirmativo el matón acepta las órdenes de Geese, yendo en dirección al despacho, moviendo su bastón alegremente, como si fuera menos pesado de lo que parece a simple vista.
—¡Joe, date prisa, viene hacia aquí!
—¡Ya está! ¡Vámonos!
Andy es el primero en salir por la ventana, notando en la nariz un intenso olor a quemado. Terry es el siguiente en salir, ayudando a Joe a escapar del despacho. Una vez fuera, ven como la Academia Bogard se va quemando, pero no pueden quedarse mirando, saben que tienen que escapar.
—Debemos entregar ésto a la policía. ¡Deben detenerle!
—Según dice mi padre, la policía de South Town está comprada por Geese, así que no podemos fiarnos ni de la policía, ni de la prensa... nada.
—Entonces... ¿Qué hacemos?
—Vayamos a casa antes de que lo hagan Geese y sus hombres. Cojamos el dinero que encontremos... y marchémonos de este lugar.
Mientras los muchachos corren, Geese y los matones van poco a poco saliendo de lo que queda de la Academia Bogard, que se va consumiendo. Decepcionado por no encontrar a los chicos, Geese decide llamar primero a la policía para que vengan a ver lo que ocurre en la Academia, para después, avisar a los bomberos para apagar el incendio. Una vez hechas las llamadas telefónicas con el móvil, Geese da indicaciones al matón y chófer del Mercedes para ir a la casa de Jeff Bogard.
Al llegar a la casa, después de superar un leve atasco de tráfico, Geese y sus hombres no encuentran rastro de los pequeños Andy y Terry, y al preguntar a los padres de Joe, estos se mostraron falsamente aterrados por la ausencia de Joe, ya que según ellos, no había vuelto todavía a casa desde que fue a la Academia, como siempre, aunque sabían que les contó lo que vió y guardó en un pendrive, diciéndoles que se iba a ver a su abuelo en Thailandia para entrenarse y de paso, mantenerse lejos de la ciudad. Geese quemó la casa de Jeff Bogard, por si Andy o Terry o los dos aparecían... pero ya se habían ido, junto a Joe, en un autobús lejos de South Town.
CONTINUARÁ...
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